Los tanques y cisternas son soluciones fundamentales para el almacenamiento de agua en sistemas residenciales, comerciales e industriales. Estos depósitos están diseñados para garantizar una fuente de agua segura, confiable y constante, ideal para la recolección, almacenamiento y distribución de agua potable, agua para riego o incluso para fines industriales. Las cisternas suelen ser grandes y se utilizan en lugares donde el suministro de agua es intermitente o donde es necesario almacenar grandes cantidades de agua, mientras que los tanques pueden ser de menor capacidad y se adaptan a diferentes necesidades de almacenamiento.
Las cisternas están fabricadas con materiales resistentes como el concreto, el plástico o el acero inoxidable, lo que les permite ser duraderas y aptas para soportar diferentes condiciones climáticas. Las versiones plásticas, por ejemplo, son ligeras y fáciles de instalar, además de ser resistentes a la corrosión y a las condiciones externas. Además, las cisternas y tanques pueden ser diseñados para resistir la presión interna de grandes volúmenes de agua, e incluyen mecanismos de ventilación para evitar la proliferación de bacterias o la acumulación de gases.
Ambos tipos de almacenamiento son esenciales en áreas rurales, edificios altos, instalaciones agrícolas, y en zonas con recursos hídricos limitados o inestables. Gracias a su capacidad de almacenar agua de manera eficiente, contribuyen a optimizar el uso del agua y proporcionan una fuente constante durante cortes de suministro o en situaciones de emergencia.